miércoles, 5 de marzo de 2014

Capitán Phillips y Prisoners

Capitán Phillips dentro de los Oscar, Prisoners no. El por qué no lo tengo aún muy claro. Vi las dos este último fin de semana, antes de la monumental gala de las Oscar que he de decir que ha sido la más especial de todas. Esto no lo ha hecho posible ni Ellen Degeners, ni sus selfies, ni ver a Fassbender ni a Cumberbatch en la alfombra roja (que todo ayuda, no lo vamos a negar). Todo ha sido gracias a mis compis tuiteros que me retransmitieron con todo lujo de detalles la alfombra roja, dado que yo no estaba en casa, y me acogieron en el coloquio con efusivas bienvenidas cuando por fin conseguí llegar y encender la tele. Mil gracias, ha sido genial y quiero repetir!

Dicho esto, vuelvo a las películas. He de decir que Capitán Phillips me sorprendió gratamente, ya que en su momento tuve la oportunidad de verla en el cine gracias a la "Fiesta del Cine" y no lo hice porque creí que me aburriría soberanamente. Pues no. No sólo consiguen mantener la atención y la emoción desde el minuto uno, sino que las interpretaciones de Tom Hanks (siempre increíble) y de Barkhad Abdi son sublimes. De hecho, este último, cuando lo vi por primera vez en la gala de los Globos de Oro me transmitió muy buen rollo y tenía cara de ser una persona entrañable que se sentía increíblemente agradecido por la oportunidad que el cine le había dado. La transformación que sufre en la pantalla es alucinante, nunca pensé que podría darme tanto miedo y que la ya archiconocida "Ahora soy yo el capitán" (que parece ser que es una frase de su propia invención), me puso los pelos de punta. Película altamente recomendable, pero que tenía unos rivales muy preparados. 

Algo muy parecido me ocurrió con Prisoners: la acción empieza a los pocos minutos de metraje, poniéndote ya en situación de lo que será el resto de la película. Son nada menos que dos horas y media de película, oscura, tétrica, fría e incluso desagradable por momentos. La angustia crece en ti según cambian los números en el reloj, pero no lo notas. Simplemente llega un punto en el que estás agobiado y ni te has dado cuenta. La fotografía es increíble (de hecho fue nominada en esta categoría) y la banda sonora ayuda considerablemente a esa angustia y desesperación. Los personajes principales de Hugh Jackman y Jake Gyllenhall representan la misma desesperación, pero con objetivos diferentes: el primero es un padre desesperado que quiere encontrar a su hija, el segundo un policía que quiere encontrar a una niña y cerrar un caso que se le antoja desagradable. Jackman no es que sea uno de mis favoritos, pero lo considero un gran actor y una vez más se sale; Gyllenhall me ha sorprendido con una madurez interpretativa fuera de sí, a pesar de que siempre me ha gustado. 
Paul Dano todo lo que toca lo convierte en oro interpretativo, incluso aquí que no tiene más de cinco frases. 

Entonces, ¿por qué una sí y otra no, si en la categoría de mejor película este año se dejaron un sitio vacío? Ambos films de acción y de temas de actualidad. Ambas películas plantean debates como "hasta donde llegaría el ser humano por salvarse, o por salvar lo que quiere o lo que es correcto". Yo, me quedo con la segunda, sin duda. Me removió por dentro, con muchísimo mejor guión que Capitán Phillips y con unos secundarios que no son meros figurantes. Aquí os dejo el trailer. Disfrutad!!


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