sábado, 19 de julio de 2014

La guerra se lo quita todo a todo el mundo

Spielberg tiene esa capacidad para hacer que saquemos el niño que llevamos dentro y que al mismo tiempo seamos capaces de conjugarlo con el adulto que ya somos. Tarea complicada, pero no imposible. Tan complicado como compartir escenas e interpretación con un caballo, algo que hace de manera sobresaliente Jeremy Irvine en War Horse. El caballo de batalla en cuestión es adquirido por el padre de Albert, que ha gastado las pocas perras que tienen para pagar el alquiler de la finca en comprarlo. Un caballo que no ha sido entrenado para arar y que ahora debe hacerlo o la familia de Albert se verá en la calle. Y el caballo, lo consigue gracias al tesón de su joven amo y la maravillosa relación afectiva que se establece entre ellos al momento. Pero en esta vida siempre ocurre algo que no tienes previsto y en este caso es el estallido de la Primera Guerra Mundial. Así Joey (así es como se llama el caballo) va pasando de mano en mano según los acontecimientos se van sucediendo en su vida: soldados británicos, luego alemanes, una niña...



Original en cuanto a que el protagonista es un caballo y todos sus amos no son más que secundarios (aunque menudos secundarios: Tom Hiddleston, Benedict Cumberbatch, Emily Watson) y el mantenimiento de su primaria concepción teatral, dejando claros los diversos actos marcados por el cambio de dueño. 
Es cierto que no es lo mejor de Spielberg y que siendo el título "Caballo de batalla" esperas otro tipo de tramas (o al menos yo), pero es una historia magnífica que ha sido contada por el más adecuado, pues no me imagino a otro director afrontando semejante pericia. El principio y el final son fuera de serie, haciendo de la película lo que realmente se espera de ella y haciendo que las de en medio flaqueen, pues se nota demasiado que son necesarias para el ansiado final. 

Destaco las apariciones del alemán David Kross (El lector) y Liam Cunningham (Hunger, Juego de Tronos y otras mil y una más) uno de mis actores favoritos, los cuales tienen papeles muy pequeños, el primero como soldado alemán y el segundo como médico soldado, pero que son actores excepcionales.

Muy recomendable para ver una historia tranquila sobre la relación entre humanos y animales y darnos cuenta por enésima vez que nos somos tan diferentes, además de representar los desastres de la guerra y todo lo que se lleva por medio, pero no os esperéis una película bélica al uso. Por último decir que tiene que ser todo un espectáculo ver esta obra en Broadway como se puede ver en esta foto.



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