lunes, 9 de noviembre de 2015

Quiero que me devuelvan a Bond, James Bond

Nunca me había llamado la atención el agente 007. Cuando yo era pequeña, el rostro de Bond era el de Pierce Brosnan, aunque cuando crecí me enteré que aquel rol no era exclusivo del irlandés pecho lobo, sino que antes de él, hubo 6 ó 7 Bond más. Sin embargo, llegó Daniel Craig y llamó mi atención. 




Se lió la de San Quintín porque el nuevo Bond era rubio y rudo, nada que ver con la elegancia que el agente 00 debía poseer. Había polémica y quise averiguar de primera mano porque aquel actor era tan mala elección. Y no lo fue, en absoluto. Dotó a aquel espía parapetado en clichés y enfundado en un esmoquin, en un ser torturado y del que pretendían desvelar su más profunda naturaleza. Aposté todo al 7 y con Casino Royale, gané, con Quantum of Solace perdí un poco de mis ganancias, pero con Skyfall me hice millonaria. Ahora llega Spectre y lo que menos me importa es perder el dinero de la entrada, porque es lo que menos me molesta. Me siento engañada y ahora os diré por qué.

Después de Skyfall, la expectación era elevada y por fin, el 25 de septiembre nos daban un aperitivo: la canción principal. Primer fallo garrafal. La canción de Sam Smith posee una buena letra y una música brutal, es la interpretación de la misma la que no me llama, cuando debería ser brutal y dejarte los pelos de punta, se pierde entre los falsetes del cantante y ahora, cada vez tengo más claro, que es un adelanto de lo que la peli me dio. 

Por fin me dispongo a ver el estreno del otoño y me encuentro en México D.F, en pleno día
de los difuntos. El filón de las calaveras mexicanas es aquí aprovechado para mostrarnos una estética maravillosa y una escena complicada, ya que un plano secuencia acompaña a Bond y a su chica del momento desde la calle a un hotel y desde este, se vuelve a salir al tejado por una ventana. Como siempre, la escena inicial de James Bond es el anticipo de todo lo que vendrá después. Después, el fallido Writing´s on the Wall da paso a unos créditos que no me disgustan, aunque se vuelven bizarros por momentos. 

Desde ese momento la película presenta un ritmo lento, ofreciendo escenas y diálogos que se podrían eliminar, incluso personajes insustanciales a los que cargaron de importancia inexistente durante la promoción de la película. Pero eso no es todo, después de encontrarnos con malos del calibre de Le Chiffre o Silva, saber que el nuevo villano sería Christoph Waltz aumentaba unas expectativas que no solo no se cumplieron, sino que me defraudaron: el villano no sale más de 30 minutos en todo la película. 

Hasta aquí mi rabia con Spectre. Ahora voy a adular algunos aspectos positivos que, en mi opinión son pocos: buena fotografía (un espléndido Hoyte Van Hoytema) y una concepción
de la trama que me ha resultado interesante, además de hilar todas las películas de Bond interpretadas con Craig. Pero (sí, volvemos a lo malo) llega la chica Bond (la segunda, Seydoux), un mujer que presentan fuerte y que se sabe defender, la cual no le llega a la suela de los zapatos a Vesper Lynd. No hablo de la actriz, ya que aunque me guste más Eva Green creo que Seydoux lo borda, sin embargo, es la concepción de su personaje la que no me convence, pronto se pierde la esencia en la que se supone que se basa y enseguida cae en el prototipo de chica Bond que me repatea las tripas, el cual en Skyfall lo eliminaban de la trama en 10 minutos. Y así Bond también pierde su esencia, pierde su carácter independiente y frío, pierde la razón de ser como es. Treinta o cuarenta años de profesión basados en traumas infantiles borrados de un plumazo con un movimiento de pestañas. 

Incógnitas que no consigo resolver como por qué se contrata a Monica Bellucci para ser
una excusa de escena de cama (que me resultó bastante penosa, por cierto). Me parece un delito relegar a Bellucci a ser la efímera chica Bond. Un villano desaparecido en combate, un semi villano desaprovechado y unos secundarios a los que meten en una trama que, sinceramente, me da un poco la risa. 

Sinceramente, quiero que me devuelvan a mi James Bond, a ese ser oscuro y atormentado que necesita saber quién es verdaderamente para seguir avanzando, no para resarcirse y abandonar los ceros, sino para poder saber cuales son los motivos que lo llevan a ser quien es.




No sé vosotros, pero yo quiero que me devuelvan los ceros. Quiero a Bond, James Bond y siempre Craig, Daniel Craig (del cual no tengo ninguna queja).

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