Pero el título nos dice ya lo que tenemos que hacer: Inside Llewyn Davis nos aconseja que nos metamos en su piel, en esa piel fría que duerme en sofás ajenos, viviendo la vida tras un gato que constantemente se le escapa, como si el maldito gato fuese una metáfora de su oportunidad musical. Los Cohen gustan de los fracasados, un buen loser es la base de sus guiones y nos enseñan una buena lección: no porque una persona no sea conocida deja de tener talento.
Quién es Llewyn viene muy bien descrito por su compañera Jean (Carey Mulligan - impresionante por cierto, dejando, por fin, a un lado sus caras de niña tonta con las que nos tenía acostumbrados); ésta le dice "eres como el hermano tonto del rey Midas, todo lo que tocas lo conviertes en mierda". El pobre Llewyn se busca la vida como puede, a base de pasar la gorra en una garito en el que, o se pilla un pedo o canta hechizando a todo el que lo escuche. Porque, señores, era un loser, sí, pero no era del todo culpa suya. La banda sonora, esa oda al folk, merece la pena ser escuchada y doy gracias a los Cohen por aumentar un pelín mi buena cultura musical.
Pero el folk ya se sabe que nunca ha sido la pera limonera en esto de la música y no por falta de valía, calidad o esfuerzo, sino porque vaya usted a saber, las modas son estúpidas y la humanidad cada vez ensalza cosas que no tienen ningún trasfondo, fachadas telón que ocultan una gran cagada. Y es que, al igual que el gato (interpretación propia) es la oportunidad musical que a Llewyn se le escapa, la NO-NOMINACIÓN de esta película es esa enorme fachada telón que son los premios Oscar que pocas veces son justos y objetivos (además suelen darnos más de un disgusto), dejando tras el telón a una buena película y ensalzando a otras que, sin poner nombre, son una gran estafa (Ups!).
Pero me voy del tema, que la opinión sobre los Oscar 2014 va en otro post y este es todito para el señor Llewyn Davis que no es una sola persona (aunque esté un pelín inspirado en las memorias de Dave Van Ronk), sino todos aquellos músicos que en aquel momento dormían en sofás de otros y pasaban frío antes que separarse de su guitarra y su folk. Olé por ellos, con dos cojones! Luego llegó el señor Dylan y el folk pasó a otro ámbito, no sé si merecido o no, porque de Dylan sé lo justo (ya, lo sé, delito grave).
Os diré también que esta película DEBE-TIENE y CONFÍO en que ganará un Oscar por Mejor Fotografía, porque esos contrastes de luces se tienen que llevar un Oscar...canela fina.
Y por último, pero no menos importante: Oscar Isaac. Podría tirarme párrafos hablando de él, de su interpretación y de lo excelvillosamente que canta el zagal, pero mejor os dejo que lo escuchéis, que os hechice y que os entre la gusa por ver la película.
P.S: si sois fans de los Cohen, ya sabéis como son sus películas (no esperéis fuegos artificiales), si no lo sois... ¿qué habéis hecho con vuestras vidas?
Gran crítica, o más bien análisis. Es vergonzoso ver como se olvida la Academia de esta gran película y La gran estafa se lleva diez nominaciones cuando no tiene nada especial. Aquí te dejo mi mini crítica de Llewyn Davis de otro fan de los Cohen: http://cinedepatio.blogspot.com.es/2014/01/a-proposito-de-llewyn-davis.html
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