Es cierto que la Carrie original es mucho más aterradora por varias razones, principalmente porque Sissy Spacek da miedo, esto es así, esa mujer da muy mal rollo así que parte del trabajo estaba hecho. Mucho más complicado me pareció en esta versión de 2013, en la que Chlöe Grace Moretz debe dejarlo todo en manos de su interpretación, labor que desempeña bastante bien.
Desde hace tiempo me declaro fan de esta cría, porque aunque si que es cierto que aún tiene que aprender, el 90% de sus actuaciones son de quitarse el sombrero. Si a eso le sumas que el papel de madre fanática lo desempeña Julian Moore, pues en el aspecto interpretativo está todo dicho. Pero claro, aunque existen ciertos detalles en los que se llegó a una vuelta de tuerca en esta versión, la anterior había sido todo un mito y forma parte de la historia del cine de terror, por tanto iba a ser sumamente complicado aterrorizar a nuevas generaciones.
Es digna de ver por sus dos protagonistas y porque hay ciertos detalles en el final que son más fieles al libro que a la película de Brian De Palma (parece ser), pero si lo que buscas es una cinta que te aporte algo nuevo al género de terror, no es la adecuada.
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