lunes, 16 de junio de 2014

"Sonríe, hijo de puta"

Por primera vez estoy confeccionando una crítica al mismo tiempo que veo la película y lo hago por dos razones:

1. la he visto tantas veces que no necesito toda la atención
2. es una película tan buena que no quiero dejarme ningún detalle.



Me dan fobia los tiburones, tanto que ya sea un documental o Sharknado no puedo poner los pies en el suelo mientras veo a esos adorables escualos en la pantalla. Es un gesto automático, un acto reflejo, sale un tiburón en la tele y yo subo los pies al sofá. Entonces, ¿por qué veo una y otra vez Tiburón? Por la misma razón por la que vemos películas de terror, porque liberamos adrenalina y nos sentimos vivos. 
Pero para mí Tiburón es mucho más que una fobia, es una obra maestra. Basada en la novela de Peter Benchley, Steven Spielberg nos enfrentó cara a cara con lo que hoy sigue siendo uno de los grandes del terror: el tiburón blanco. 
El jefe de policía de Amity Island, Martin Brody (Roy Scheider), está angustiado tras el ataque a una joven por parte de un animal en las playas de su ciudad costera. El verano acaba de empezar y si hay algo en el agua capaz de matar a una persona, no es buena idea que la gente se bañe. Pero el alcalde, cegado por el dinero que va a perder si cierra las playas en verano, decide no hacer caso a Brody ni al oceanógrafo Matt Hooper (Richard Dreyfuss). 

Spielberg, como buen alumno de generaciones anteriores, presenta aquí una técnica que utilizará en muchas de sus posteriores películas (E.T, por poner un ejemplo): jugar con el miedo y la ignorancia del espectador. El protagonista es el tiburón, pero durante la primera hora, solo sabemos que está gracias a la increíble banda sonora de John Williams y por su aleta. No hay más. Y sin embargo, tras los primeros cinco minutos de película, en ese ataque a una chica en la playa durante la noche, ya estamos aterrados y nos esperamos lo peor. Pasada una hora exacta hace su aparición estelar y es ahí cuando ya todos comienzan a entrar en pánico, pues ya le han puesto rostro al miedo.


Me parece una obra maestra por lo cuidado que está cada detalle, porque Spielberg construyó un tiburón mecánico que le dio muchos problemas, pero al público le dio mucho más miedo. No existe una película sobre tiburones que iguale a ésta, ni siquiera sus sucesoras (recordemos que hay hasta Tiburón 4).
La escena en el barco de los tres hombres protagonistas, cuando el caza tiburones Sam Quint (Robert Shaw) les cuenta como al hundirse el USS Indianapolis (finales Segunda Guerra Mundial) tuvo que enfrentarse cuerpo a cuerpo con los tiburones, me parece aterradora. Y no hay música, ni imágenes parciales o totales del animal, solo una historia, pero nuestra imaginación siempre es nuestro mayor enemigo. 
El año que viene se cumplirán 40 años de su estreno y tal vez me plantee un estudio más minucioso y por entregas de todo lo que me gustaría decir sobre Tiburón, pues todo esto no es más que un resumen.
Por el momento os dejo con mi escena favorita: 



2 comentarios:

  1. Grandísima crítica de una película a su altura. Yo también la he visto 1000 veces, y sólo he de decir que me encanta, lo considero una obra de arte del suspense y por no decir todo cosas positivas, odio ver la versión con el doblaje más moderno.

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    Respuestas
    1. totalmente de acuerdo, Ricky. Algo parecido me pasó con El Padrino: toda la vida escuchand unas voces, unas cadencias y de repente remasterizan la película y ale, doblaje nuevo. No sé como pueden jugar así con nosotros!! :)
      PELICULÓN DE PRINCIPIO A FIN y como digo da para un análisis de 4 o 5 post.
      Me alegro de que te haya gustado!
      ;)

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