domingo, 13 de julio de 2014

"Help, I need somebody..."

Y eso es una verdad como un templo, pues todos necesitamos a alguien. Generalmente, cuando decimos una frase así pensamos en ese "alguien sentimental", en una pareja, pero no siempre es la respuesta. A veces la familia, un amigo, una experiencia breve pero intensa, un verano, una fiesta o un sueño por cumplir son suficientes para sentir la sangre circulando por nuestro cuerpo. 
Y así, nos encontramos con Vivir es fácil con los ojos cerrados, la última sensación de los premios Goya, dirigida por David Trueba y protagonizada por Javier Cámara. Nos cuenta la historia real de Juan Carrión Gañán (en la peli lo llaman Antonio), profesor de inglés en Albacete, fanático de The Beatles que viaja hasta Almería en 1966 para poder ver a John Lennon que se encontraba en el rodaje de Cómo gané la guerra
Su único deseo es poder hablar con John, decirle cuanto le admira y preguntarle un par de dudas.

En el camino se encuentra con dos jovencitos que no tienen ningún sueño en concreto, solo una determinación: huir cuanto antes de donde están ahora. Ella, Belén (Natalia de Molina), inocente, guapa y con un futuro que no sabe como afrontar y él, Juanjo (Francesc Colomer), huyendo de un padre conservador y que no es capaz de escuchar a su hijo. Entre los tres se establece una pronta relación, propiciada por una necesidad de un cariño que hasta ahora parecía inexistente para todos ellos. 
Las interpretaciones de los tres protagonistas son inmejorables, detacando a Natalia Molina ganadora del Goya a Actriz Revelación en la pasada edición. Pero me quedé un poco desilusionada, pues aunque es cierto que es una canto a la vida como tal, a perseguir los sueños aunque cueste, a ser felices de la manera que cada uno decidamos y a tener la posibilidad de decidir sobre nuestras propias vidas, me esperaba mucho más. Todos los Goyas que ganó y sobre todo, todo los premios que le quitó a Canibal me daban una pista sobre una gran película que me dejaría huella, pero no fue así. Hace meses que vi Canibal y se me sigue erizando el bello y hace quince días que vi ésta y sí, es bonita, pero no me ha marcado. Lo que me recuerda que el drama, sea del tipo que sea, siempre tendrá un lugar en los premios, mientras la innovación y lo que no queremos ver de nuestra propia especie, siempre se va a intentar tapar de la forma que sea, aunque sea a ritmo de The Beatles. 


Más allá de una no del todo justa lluvia de premios, es una película altamente recomendable, con unas interpretaciones muy buenas y que anuncian, un poquito, lo que será el futuro del cine español.
Y cuando ya creía que no escucharía ni un solo acorde de los de Liverpool, suena Strawberry Fields Forever (una de mis favoritas) y entiendo por fin el título de la película ("living is easy with eyes closed"). Eras, eres y serás un grande, John.

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