martes, 22 de abril de 2014

E. T. El Extraterrestre

"E.T. Mi casaaaaaaaaaaaaaa..... Teléfonooooooooooooooo...."

Como me ocurre con los Goonies o con la serie Verano Azul, E.T. era uno de esos clásicos que vi de pequeña unas cuantas veces, pero que al dejarla en el baúl de "las pelis para peques" se fue convirtiendo en un pequeño y lejano recuerdo. Hace unos años salí de ver Super 8 emocionadisima, me había encantado la relación de los niños, la comprensión entre ellos y el extraterrestre y sobre todo la inmensa banda sonora de Michael Giacchino.



Pero mi sabia hermana se encargó de recordarme que Super 8 era una mezcla entre Los Goonies y E.T. y aunque le había encantado, las otras dos ya eran parte de la Historia. Así que en esta semana de revivals en los que, sin querer, me ha dado por los revisionados de las pelis del `82 (Blade Runner, E.T.) voy a hablar de E.T. como si la hubiese visto por primera vez.

Hay películas que gustan por sus efectos, su música o los actores. Luego hay otras que tienen un poco de todo la anterior, pero que además saben donde arañar. Saben agarrarse a la garganta como esas lágrimas que te esfuerzas en que no salgan ("por favor, Lore, que es E.T. si ya te sabes el final"). Eso es lo que ocurre con E.T., pues además de ser un ser entrañable y muy inteligente, su relación con Elliot es el amor en estado puro, una amistad de esas que te hace sentirte más fuerte si el otro lo está, más triste si el otro está triste, que te mueres por dentro si él también siente eso. Y es que "Mamá, ellos sienten los mismo" grita el hermano mayor de Elliot a su madre, cuando ésta cree que el bichejo a puesto malo a su hijo.


Me encanta como Spielberg hace referencia a sus propias pelis con el tiburón de Elliot entrando en la pecera: "El tiburón se los come a todos, pero nadie puede comerse al tiburón" instruye al pobre E.T. También incluye las pelis de sus amigos, en un momento genial: E.T. va vestido de fantasma con Elliot y Michael cuando ve a un niño disfrazado de Yoda y corretea tras él voceando: "Mi casa, mi casa, mi casa, mi casa". Me reí a placer!
Otras escenas son ya más del recuerdo popular como cuando E.T. se emborracha y Elliot la lía parda en su clase de biología, las bicis sobrevolando la ciudad o la que he puesto arriba. 

Lo mejor: ver los sueños de Spielberg y sus alter egos hechos película. Larga vida Spielberg!!
Lo peor: haber pasado tantos años sin E.T. 

Conclusión: si quieres recordar lo que es el valor de la amistad y pasar un buen rato recordando como era ser niño, esta es tu película. 

1 comentario:

  1. Como ya te dije, excelente relato el que escribes. Me has trasladado a mi niñez y me has hecho sonreír. Como nota al margen te diré que yo al salir de ver Super 8 dije lo mismo que tu hermana: ET+Los Goonies.
    Un saludo, un placer leerte como siempre.

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